Wednesday, June 28, 2006

El significado de las vacaciones varía según los ojos con que se lo mire.



Llegan las vacaciones de mitad de año, vacaciones académicas o laborales, y la idea de descanso se apodera de todas las mentes, aun cuando cada vez son menos los que la pueden realizar: huir lo más lejos posible de la ciudad y de la rutina de todos los días es el sueño de casi todos.Comenzando el siglo XXI, para muchos, incluidos los payaneses, el ocio se volvió forzoso por el desempleo y perdió todo su atractivo.

El significado de las vacaciones varía según los ojos con que se lo mire. Para quien sigue desarrollando una actividad productiva normal, como por ejemplo el sector comercial, restaurantes, fotocopiadoras, entre muchos otros, las vacaciones se convierten en una pesadilla, en un tiempo de ocio forzado y de preocupación por la reducción de su actividad laboral.

Muchos deben dejar a un lado el ocio y el descanso para prolongar sus jornadas laborales, pues el desempleo y los problemas de la economía familiar los obliga a conseguir el dinero que les permitirá seguir con sus labores al finalizar el periodo vacacional, como por ejemplo para pagar la matrícula de la universidad.

Aun así, quizá no sea mala idea luchar por recuperar el primer sentido del ocio, el del descanso sin exigencias, actividades asociadas o justificaciones. Ese que gozaron nuestros antepasados en las tardes de siesta y silencio, cuando las opciones eran pocas, el tiempo mucho, y el descanso un destino seguro.

Tuesday, June 27, 2006

En Popayán, las mujeres se tomaron el mundial.

Los medios de comunicación han venido creando desde meses atrás el ambiente futbolístico necesario. Fotografías, entrevistas y noticias relacionadas se publican a diario, e hicieron así que la gente se contagiara de la fiebre de Alemania 2006. Pero el Mundial de fútbol no solo genera pasión, también es causante de desesperación en mujeres que se declaran inconformes y hartas de las consecuencias de esta fiesta mundial de fútbol.

Popayán también se ha contagiado de la fiesta mundialista. La visualización en pantallas grandes o en televisores, adecuados en las cafeterías, restaurantes, salones de clases, entre otros, que atraen a las seguidoras del mundial se ha convertido en una costumbre importante durante este tiempo.

Los factores de este crecimiento en la atención femenina sobre el fútbol es debida, según diversos estudios, a la "progresiva popularidad de los jugadores, sus apariciones en publicidad, repercusión de sus vidas en la 'prensa rosa' y el cambio en la forma de ver los partidos -entre grupos mixtos de amigos-". La pasión del fútbol es el gol aunque también se le suma a ello los rostros y los cuerpos atléticos de sus jugadores que durante éste mes mundialista distraen la pupila de sus seguidoras. No importa cuánto sepamos de fútbol lo importante es que sabemos reconocer lo mejor que tiene.

Wednesday, June 14, 2006

Popayán; paredes blancas, conciencias multicolores.

Mas allá de las formas cotidianas de expresar la existencia del ser; en medio de sus propias guerras, alegrías, desesperanzas, amores y diarios recorridos urbanos, el graffiti aparece como parte de un paisaje nuevo que se levanta en ciudades latinoamericanas como Popayán, en donde se hace visible un estilo de graffiti que marca la necesidad de plasmar en los muros blancos de la ciudad un mensaje social; de lo real, lo doloroso, lo injusto.
El graffiti es el tatuaje que diseñan las manos del pueblo movidas por la fé, la tenacidad y la certeza de saber que desde la resistencia se construye país.

Escribir en los muros es más que rayar un espacio blanco en una ciudad, que le ha dejado el peso de su matizada identidad a éste color del cual presume la caracteriza. Sin embargo, las voces de sus habitantes convertidas en expresión gráfica de trazos delgados, entrecortados que evidencia la fuga de su autor, permite vislumbrar un sentir cotidiano en oposición a las dinámicas que la ciudad ha institucionalizado como oficiales y plenamente compartidas.


Surge así el graffiti, como la afirmación de lo individual que se confunde con la del grupo, en el contexto de las calles, los barrios, los salones, las paredes universitarias que poco ha poco y sin previo aviso han logrado albergar los sueños de libertad, de justicia, de amor, de esperanza y porque no de tristes pero concientes despedidas de un mundo que a veces parece no ofrecer nada y en cambio si robar lo poco y nada que el hombre posee.



EL Sotareño, un lugar de mùsica y encuentros en Popayàn,


En una de las esquinas de la ciudad de barro y cal. Y bajo las luces tenues de los faroles, detrás de los muros, que muchas veces han caido y ha sido necesario volverlos a levantar, se esconde un lugar; entre muchos otros, que narra una ciudad detenida en el tiempo, entre la modernidad y el pasado, mostrándose como un gigantesco museo de evocaciones. Ese lugar es "El Sotareño", un lugar de mùsica y encuentros en Popayàn.

El Sotareño abre sus puertas en 1964 de la mano de Agustìn Sarria, que imitando la moda y las ancias de progreso que se vivìa por esa època en las grandes ciudades lo convirtiò en un cafè; sitio que acogià al romance, la poesìa, y la mùsica. Despuès del terremoto de 1983 que destruyó gran parte de Popayán , El Sotareño se transformó en "bar, fuente de soda", en donde se vendía desde café hasta chorizos. Pero los clientes de antaño pedían tomarse un aguardiente y fue así como le abrió las puertas a los tangos, al bolero y a las rancheras; así como a los vallenatos y a la salsa vieja.

La mùsica de El Sotareño impacta con historias que siguen vigentes: el amor, la pèrdida, el reencuentro y el anhelo. Éste contenido irrumpe en un tiempo vacio en donde las imàgenes acústicas se suceden ambientando escenas cargadas de romanticismo.
La destrucciòn de los espacios físicos no se lleva los recuerdos, ni los amores que allí se anidaron. Aunque con tristeza vemos los estragos causados por las llamas que incineraron parte de las cosas materiales que poblaban el lugar, con alegrìa recordamos que, al igual que la Catedral, el morro, el parque Caldas, entre otros, El Sotareño, logrò convertirse en un sìmbolo para la ciudad de Popayàn.

Colombia, un paìs sin memoria.

Un paìs sin memoria es un paìs sin derechos. Colombia es un paìs sin esperanza, un paìs que olvida a sus muertos; que se burla de su propia desgracia, le canta a la muerte y olvida vivir.

De todas las reelecciones en Colombia, tres fracasaron –Mosquera, Reyes y López Pumarejo– dos se convirtieron en dictaduras –Bolívar y Núñez– y una, la de Rojas Pinilla, se frustró antes de iniciarse. Solamente la de Manuel Murillo Toro terminó sin mayores repercusiones o contratiempos. Y ahora Uribe, que aparece como el único presidente de Colombia que ha hecho modificar la Constitución vigente para su propia reelección; es reelegido.

Es imposible creer, aunque lo empezamos a hacer, que Uribe a travès de su polìtica de mentira y muerte haya recibido , en las pasadas elecciones, el apoyo de las mayorìas; de los trabajadores, que olvidaron a los sindicalistas que han sido asesinados o han desaparecido; de las amas de casa quienes han convertido a la televisiòn en su gran gurù, de los desplazados por la violencia y la seguridad democràtica; por los estudiantes, que se han convertido en observadores del cierre de las universidades pùblicas; de todos los colombianos sin conciencia que buscan encontrar un mesias que arregle un paìs que se desangra por los orificios que le ha causado la guerra.

Eco de las Sombras hace un llamado a tod@s para que no le demos paso al olvido; no repitamos la misma historia, no dejemos que nos corten las alas antes de haberlas usado.Tomamos prestado una denuncia pùblica que ùltimamente ha invadido las paredes blancas de Popayàn; en un paìs sin conciencia "adelante con la peste y con su circo de mentiras"

El Estado que debe protegernos, nos persigue.

La María, municipio de Piendamó- Cauca se viste de tragedia. Exigimos respeto por los habitantes del pueblo colombiano que ejercen su derecho a la movilización y a la protesta social y se demanda cesen las agresiones de la fuerza pública contra la vida de los manifestantes, como también paren los daños materiales que se ocasionan como forma de represión ante la denuncia justa.

Son muchas las razones que nos han llevado a encontrarnos en las vías, calles, carreteras, etc., de las diferentes regiones de nuestro país, para exigir nuestros derechos, recuperar nuestros territorios y reafirmar nuestra apuesta en la construcción de un nuevo proyecto de país. Sin embargo, el proyecto que defiende la vida es reprimido por la fuerza pública que armada de gases, armas y la legalidad que le da el Estado; mata sueños, pisotea esperanzas, hiere a un país que le apuesta a la vida.

Pero, poco a poco, grano a grano, son cada vez más las personas, organizaciones, comunidades que se han sumado a este llamado de conciencia. Todo esto es difícil de ver, de entender, de resistir y de cambiar. Nos exige unidad, creatividad, inteligencia, solidaridad, compromiso, sacrificio y mucho trabajo, pero también mucha alegría y muchas ganas de vivir como se ha manifestado en el Mandato Indígena y Popular.

Eco de las Sombras hace un recuento de lo ocurrido en el marco de la Cumbre de organizaciones sociales con el fin de alzar una voz de protesta para que se sumen más voces para decir no a un conflicto legitimado por el Estado.

Monday, June 05, 2006

El Cauca, territorio de lucha y resistencia.


La Organización Nacional Indígena Colombiana- ONIC en conjunto con las organizaciones agrarias, sindicales, afro- descendientes y demás organizaciones convocó el pasado 15 de mayo en el Cauca a la gran jornada nacional , con el objetivo de fortalecer los procesos de convergencia, unidad y articulación de
las organizaciones sociales y movimientos políticos alternativos en perspectiva de nuevas formas de movilización social que contribuyan a defender la vida, los territorios, y los procesos organizativos.

Las razones que han tenido para levantarse los pueblos, son las mismas razones que nos convocan a todos. Los pueblos se enfrentan con la palabra, con sus sueños, con canciones que reviven la esperanza, sin embargo, son coaccionados por la muerte que mide nuestros pasos, que silenciosa empuña las armas del Estado que no representa al 52% de los pobres que carecen de acceso a salud, ni al 90% de los trabajadores de escasos recursos que no tienen seguridad de una pensión y mucho menos a los 8 millones de pobres (camino a la miseria) que habitan en las zonas rurales ni a los 15 millones que en las ciudades comparten las mismas condiciones.

EL Estado colombiano legitima la muerte y no ofrece garantías a la oposición, la expresión, la movilización y la organización social.


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